La unión de pasado con el presente produce siempre una maduración de lazos de afectos que fortalecen el ente familiar. Es lógico querer saber quiénes y cómo eran nuestros padres, nuestros abuelos y familiares de estos, en tanta mayor medida y extensión en el tiempo y en el concepto.
De aquí el noble deseo de incrementar el número de parientes conocidos, de las personas a quien rendir el culto del recuerdo, de la admiración y tal vez de agradecimiento siquiera sea por habernos precedido en el tiempo dejando la semilla que nos ha permitido ser.
Por eso es necesario conocerlos, y valorarlos, y aquí el genealogista se ocupa de apartar la losa que cubre su olvido y acercarlos al presente, como un merecido homenaje al pasado.
Quien se enfrenta a la ingente tarea de la investigación de un apellido encontrará no pocas dificultades en su camino. Una de las mayores es la falta de anotaciones registrales tanto en el Registro Civil como en los archivos parroquiales cuando se buscan actas de matrimonio o antecedentes bautismales.
Si a ello se añade que muchas parroquias fueron incendiadas durante las guerras civiles, desgraciadamente tan frecuentes en España durante los dos últimos siglos, se comprende el valor añadido del esfuerzo investigador.
También en ocasiones –y en el caso de la familia Cervera hay buena prueba de ello- los cruces familiares, las bodas entre primos, los dobles matrimonios de la misma persona, las diferentes líneas familiares que se entroncan o el gran número de hijos que aparecen en una generación determinada, dan al traste con cualquier planteamiento gráfico sencillo de los miembros de una determinada saga.
Sentado esto, ¿cómo podemos situar la proyección social de los Cervera en el marco actual de su época, y de qué manera la influye o la condiciona?
El impacto social de la familia Cervera es evidente. Se suele identificar con el binomio Cervera/Marina, quizás porque la figura de su antepasado Pascual Cervera Topete ha trascendido más allá de la historia de España, y se le ha asociado como el símbolo y el ejemplo del cumplimiento del deber, por ingrato que éste se presente.
Que el ejemplo fructificó, no cabe la menor duda a la vista de todos los Cervera que han vestido el uniforme de la Armada (más de 36 miembros de la familia), pero no quedan limitados o encasillados al entorno naval aun siendo tan significada su influencia.
Los Cervera se han proyectado en el marco social de su tiempo a través de muy diversas profesiones y actitudes; en una proyección que ha trascendido fronteras y caminos ya sea en el ámbito militar, como en tareas diplomáticas, o como ingenieros, abogados, médicos, religiosos, economistas, artistas, y un largo etcétera.
Las reuniones familiares de los Cervera comenzaron a principios del siglo pasado. La instantánea recoge a un grupo de ellos en una excursión al pinar de Las Canteras, en Puerto Real (Cádiz), en 1916. En el centro de la fotografía puede verse a Doña Ana Jácome, Vda. de D. Pascual Cervera Topete, rodeada de la prole familiar.
En la fotografía inferior, tomada 91 años después, en 2007, los descendientes familiares de las diferentes ramas se han multiplicado llegando a la cantidad de 1.700 miembros repartidos por todo el mundo (aunque en la foto no aparezcan más de 350).
Foto del 2015
Foto del ultimo Congreso en el 2019